martes, 10 de noviembre de 2015

Dos mejor que uno

Perdonad este lapsus de días sin publicar, pero como Bruno ha empezado este año la guardería, los virus están muy contentos con nosotros, así que cada poco tenemos a alguno de visita por casa. Estas dos semanas han venido tres: resfriado, conjuntivitis y anginas de las buenas.

Nos ha costado salir de las anginas pero por fin hoy ha vuelto a la guardería y yo a escribiros.

A todas las que tenéis niños, ya sabéis lo difícil que es que te suelten el antibiótico, parece un artículo de lujo o algo así. Esta vez no ha sido menos, con placas, anginas y 39,6 en el hospital, porque cómo no, cayó en fin de semana, me dijeron que tenía placas pero que me esperara a mi médico. Total que al final de una manera u otra conseguí el antibiótico y el lunes cuando fui a mi pediatra me lo recetó de igual modo, aunque eso sí ¡dos frascos!

Como Bruno es tan movido, cogí el oro líquido (antibiótico), mientras le enchufaba su dosis con la jeringa, lo dejé encima de la mesa de la cocina abierto, un descuido tonto que duró menos de dos segundos, lo justo para que Bruno arrasara con la dichosa botellita, derramando el líquido por encima de la mesa. Vamos que si lo intenta hacer a posta no lo consigue. ¡Con lo que me había costado conseguir el brebaje! Menos mal que mi médico me recetó dos frascos, uno para reponer el derramado y otra para la farmacia que me lo fió.

Mañana más y mejor.
Un beso.



No hay comentarios:

Publicar un comentario