Pasamos todo el día en casa como pudimos, deseando que llegara la noche para poder descansar y que mañana fuera mejor que hoy.
Al llegar la cena estábamos todos cansados, así que después de que Amalia cenara su segunda cosa favorita, bikinis, o lo que es lo mismo (sandwich de jamón y queso) y más favorita para mí, porque se lo come fenomenal y sin rechistar, acabó de ver los dibujos y se fue a lavar los dientes para irse a la cama.
Amalia es muy lenta comiendo, cuando le interesa claro, si son sus cosas favoritas ya no. Van por este orden:
1.- Pizza
2.- Bikinis
3.- Sopa
Ranking que cambia según le va pareciendo, por supuesto.
Así que le digo: "Amalia como sigas así de lenta, en el cole te van a poner en la mesa de rezagados" (que ya les vale poner ese nombre, pero bueno) y ella muy airosa me dice: " mamá es que yo soy lenta sólo en casa, en el cole lo hago mucho más rápido. Lo de ser lenta sólo lo hago en casa". Total, un regalito para mamá.
Todo parece que ya casi está rodado, pero "la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida". Bruno en ese momento se estaba comiendo unas natillas de chocolate. Y quería que le dejara comérselas él solo, y como ya quedaba poca cantidad le dejé. En principio iba bien, eso sí con la cuchara al revés, pero se apañaba. Me despisté una fracción de segundo, pero con un niño que hoy hace un año y medio, es suficiente. Cuando le volví a mirar, había decidido que las natillas no se comían sino que se untaban por el brazo y la mano, eso sí, con el pijama "limpio" puesto. DESASTRE. Casi gasto el paquete de toallitas para arreglar aquel desaguisado. Menos mál que las han inventado, ¡la de problemas que solucionan!.
Mañana más y mejor.
Un beso.
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