martes, 27 de octubre de 2015

"Viajecito" a Barcelona

La semana pasada estuvimos de visita en Barcelona viendo a la familia. Lo hemos pasado muy bien y hemos visto sitios que pensé que no veríamos, por ejemplo, las urgencias de Sant Joan de Deu.

Empiezo por el principio. Llegamos el jueves a Barcelona a un premio que le daban a mi suegro. Estuvo muy bien, la verdad y muy emocionante. Yo como soy de lágrima muy fácil, y además le quiero mucho, pues es un cóctel perfecto para no parar de llorar. Después del premio fuimos a cenar con los amigos y compañeros del abuelo, y por supuesto los niños también vinieron, así que ese día estaban agotados y eso que nos acostamos tarde.

Por la mañana Amalia no tenía muchas ganas de desayunar y estaba un poco plastita con todo, pero bueno, quedamos con el abuelo y nos fuimos los cinco a comer; el abuelo, Amalia, Bruno, Montse que es la madrina de mi hija y "nuestra casera", y yo. Mi marido se había vuelto a Madrid a trabajar.

En la comida Amalia no tenía mucha gana, así que le costó meter comida para adentro. Mucho menos le costó sacarla, que de una arcada, salió todo disparado en el plato del restaurante. ¡Lo peor de tus pesadillas!

Volvimos a casa y la tarde la pasó bien. Merendó y cenó fenomenal, pero por la noche: fiebre. ¡Genial! y decía que le dolía la garganta. Como Bruno dejó las anginas el miércoles, pensé que sería lo mismo y me acerqué a urgencias de Sant Joan de Deu a ver si caía el antibiótico, pero no. Le hicieron una prueba y dio negativo, así que para casa y a aguantar vela. Afortunadamente no volvió la fiebre. Eso sí, nos quedamos sin ir a comer a la Barceloneta.

Comimos fideguá en casa y el postre que era un brazo de gitano, Montse se lo dio a Amalia para que lo llevara a la mesa, con tan mala suerte que se le resbaló y aterrizó en el suelo. Un poema, la cara de Amalia. Aún hay alguno que si se acuerda, se sigue riendo.



¡Ahh! Lo que si empezó fue la diarrea después de comer. ¡Genial! Menos mal que fue poco la verdad, así que pudimos ir a jugar con unos amigos que tenemos del verano, que viven en Barcelona y prometimos visitarlos cuando volviéramos.

El domingo por la mañana parece que amaneció todo mejor. Los niños estaban bien y no había rastro de fiebre ni diarreas. Menos mal porque tenía que coger el AVE con los dos niños, el carro y la maleta, pero eso os lo cuento en otro post porque también tiene tela marinera.

Bruno todo el viaje fue un cielo.

Mañana más y mejor.

Un beso.

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